Personas inescrupulosas utilizan los medios virtuales para cometer delitos. Lo invitamos a conocer un caso para que usted no pase por molestas situaciones.
Tres horas de clase y el cansancio se hace presente. El profesor toma un respiro: Recuerdo que esta semana llegó a mi correo un mensaje inquietante, dice tomando un sorbo de café. Hacía tres años no tenía ninguna relación con esa persona y el último contacto fue un número que calificaba mi desempeño. ¿Para qué enviaba eso? ¡Documento de qué!, continúa relatando.
Decidí dar clic. “Hola. Me ha enviado un mensaje mediante el buzón, ver el documento aquí. Saludos”. Había escuchado que esa es una manera para robar datos personales pero el mensaje tenía la foto de Alejandra, muy sonriente ella como siempre, y el remitente parecía ser su cuenta oficial. Descargué el documento. No era la profesora de mi Maestría. Resultó ser un troyano, uno de esos programas maliciosos usados para tomar información personal y suplantar a alguien.
No sé cómo hicieron, el caso es que lograron validarse en mi cuenta bancaria y me sacaron un dinero. Fuí al banco y no me resolvieron el asunto pero dijeron que fuera a la Policía. ¿La Policía? Si aveces no capturan a los que roban afuera de los bancos van a solucionar algo virtual, pensé incrédulo.
Pero estaba equivocado. Cuando expliqué mi caso los agentes me dieron una charla sobre los delitos informáticos, delitos que son penalizados como cualquier otro. Para los que no saben, en Colombia existe la Ley 1273 de 2009 que impone penas de hasta diez años de prisión y multas de mil quinientos salarios mínimos.
En el comando también me explicaron que hay varios delitos, en los que no solamente se roba información confidencial. Si hace compras o participa en subastas por Internet corre peligro de que el producto haya sido hurtado, además que pueden incumplir con la calidad y las promesas de envío.
Correos electrónicos con amenazas y mensajes que extorsionan, pornografía infantil, copias de obras musicales y de software, todo esto es llamado delitos informáticos. ¡Ojo muchachos! Cuando vayan a descargar algún programa informático asegurense de no estar violando los Derechos de autor porque pueden caer en la piratería en Internet. Busquen siempre software que tenga su licencia y sea legal.
Tomaron mis datos y coloqué la denuncia, a esperar. Lo bueno de eso es que aprendí a desconfiar de los mensajes extraños que me llegan al correo. Tengo esperanza de recuperar algún peso, pero mi abuela ya advirtió: “Mijo, esa platica se le va a perder”. Más sabe el diablo por viejo…
Por primera vez en la tarde el profesor había logrado la atención de todos sus alumnos. La anécdota fue un momento de escape para la complicada teoría filosófica que está exponiendo. Pero la clase debe continuar.